Tornado Cash, USDC y Binance te recuerdan: no idealices a empresas de criptomonedas

El «criptotwitter» fue escenario de muchas expresiones de indignación, en días recientes, por el bloqueo de ciertas direcciones de USD Coin (USDC). Se trata de tokens que habían pasado por el mezclador Tornado Cash con el objetivo de incrementar la privacidad de sus poseedores. Esta práctica de privacidad no fue del agrado del Tesoro estadounidense. 

Por ejemplo, el usuario @tenko_cripto escribió: «Vaya tela lo que está pasando ahora también con USDC… al final lo más sensato va a ser lo que nadie quiere, tener el dinero en fíat». 

Al igual que este tuitero, muchos otros expresaron molestia e incluso sorpresa. ¿Por qué el Estado tiene tanto poder sobre una stablecoin? ¿Cómo puede pasar algo así si las criptomonedas son descentralizadas? Lo cierto es que no necesariamente son descentralizadas todas las criptomonedas y en todos sus aspectos.  

Para el caso de USDC (y lo mismo ocurre con tether, USDT) existe la función de «lista negra». Las empresas emisoras de estas stablecoins pueden bloquear a las direcciones que ellos decidan. Y no les tiembla el pulso para hacerlo cuando una orden estatal así se los indica. USDC tiene más de un centenar de direcciones en su lista negra. En USDT, por otro lado, el número de direcciones bloqueadas llega casi a 700. 

Si no sabías esto, antes de indignarte, debes recordar algo: Circle (emisora de USDC) y Tether son empresas con ánimo de lucro. Su finalidad es ganar dinero y, por lo tanto, tenderán a eliminar todo aquello que las prive de ese objetivo. Por ejemplo, una mala relación con los reguladores financieros. 

Binance y Celsius causaron indignación por actuar como actúan las empresas

Un año atrás, una sensación de indignación también inundó las redes sociales y foros de criptomonedas cuando el exchange Binance, tal como lo reportó CriptoNoticias, hizo obligatoria la verificación de datos personales para todos sus clientes. 

«¡Adiós CZ, buena suerte para ti y para el equipo de Binance!», le escribió por aquellos días un usuario de Twitter al CEO de la plataforma, Changpeng Zhao. En el mismo mensaje le avisaba que dejaría de usar el exchange. 

Muchos consideraron la exigencia de datos personales por parte de Binance como una traición a los supuestos ideales que hay en torno a las criptomonedas. Pero lo cierto es que Binance no es una ONG defensora de la descentralización. Es una empresa. ¿Por qué seguiría permitiendo que sus usuarios empleen la plataforma sin identificarse, si eso pone a la compañía en malos términos con los reguladores? ¿Por qué harían algo que les perjudicaría a su negocio? 

A modo de último ejemplo, tenemos el caso de Celsius, empresa que recientemente presentó su bancarrota. La plataforma, desde mediados de junio, les impide a sus usuarios retirar sus criptomonedas.  

El CEO de esta compañía con mucha frecuencia hacía proclamaciones contra los bancos y el dinero fíat. Su empresa, en teoría, estaba destinada a cambiar el paradigma y demostrar porqué el sistema bancario quedaba obsoleto.

Pero, finalmente, terminó actuando al igual que lo que tanto criticó. El motivo fue simple: si permitían el retiro de las criptomonedas, hubieran salido en pérdida. Es decir, Celsius actuó como actuaría cualquier empresa con fines de lucro. No hubo diferencia entre el «corralito» de Celsius y el que vivieron los usuarios de bancos argentinos en 2001. 

La solución es tuya: deja de idealizar empresas de criptomonedas

Es hora de dejar de idealizar empresas de criptomonedas. Estas corporaciones pretenden imponer narrativas de «descentralización» y «revolución». No tienen clientes sino «una comunidad». Pero los hechos demuestran que la finalidad de estos discursos es comercial. Cuando no les conviene, simplemente los dejan de lado y los reemplazan por nuevas narrativas. 

También es hora de dejar de idealizar a los productos de estas empresas. Los recientes hechos ocurridos con USDC dejan claro que la descentralización en el almacenamiento, no necesariamente implica que toda criptomoneda sea verdaderamente descentralizada (además de Bitcoin, son muy pocas las monedas digitales que lo son). Por lo tanto, estos instrumentos financieros deberán ser usados con la debida precaución. 

La invitación a dejar de idealizar a esta industria no solo es por una cuestión ideológica o moral. El dinero de miles de personas está en juego. Las narrativas de las compañías están hábilmente creadas para seducir, atraer y convertir a las masas en fieles clientes. Como convencido defensor del capitalismo y el libre mercado, considero que nada hay de malo en todo ello. Lo único malo es no darse cuenta.