¿Podría la prueba de actividad resolver el problema energético de Blockchain?

La reciente crítica de Elon Musk al consumo excesivo de energía de Bitcoin tomó a muchos por sorpresa. Después de todo, ¿no había agregado el jefe de Tesla USD 1.500 millones en BTC al balance de la compañía en febrero? ¿Y no había implementado la compañía soporte para el activo un mes después, con los medios de comunicación del mundo informando con entusiasmo que las criptomonedas podrían intercambiarse por un vehículo eléctrico?

Resulta que la volatilidad del mercado no es nada comparada con la volatilidad del estado de ánimo de Musk. En un tweet del 12 de mayo, el cofundador de PayPal suspendió las compras de vehículos con Bitcoin citando preocupaciones sobre el “uso cada vez mayor de combustibles fósiles para la minería y las transacciones de Bitcoin, especialmente el carbón”.

Si bien reiteró su creencia de que la criptomoneda tiene un futuro prometedor, Musk pulió sus credenciales ecológicas al decir que esto no podría suceder “a un gran costo para el medio ambiente”. Tesla, afirmó, usaría bitcoin para transacciones tan pronto como la minería pase a una energía más sostenible.

No hace falta decir que los comentarios han reavivado un debate prolongado sobre el impacto ambiental no solo de Bitcoin sino también de las criptomonedas en general. ¿El uso de combustibles fósiles en las operaciones mineras resta valor a las credenciales descentralizadas de un activo? ¿Es el consenso de prueba de trabajo de uso intensivo de energía de Bitcoin un tremendo desperdicio de energía o una compensación que vale la pena?

¿Es el consenso híbrido la respuesta?

La prueba de trabajo es el algoritmo favorecido no solo por Bitcoin sino también por la red número dos Ethereum, y su implementación ve a los mineros recompensados en criptomonedas cada vez que resuelven un cálculo complejo.

La conversión de energía en hashes a través de la prueba de trabajo resuelve el problema del doble gasto, pero también ha puesto a Bitcoin (y en menor medida a Ethereum) en la mira de los activistas ambientales. Si bien Bitcoin está bloqueado en PoW, la transición de Ethereum a la prueba de participación a través de su tan cacareada actualización 2.0, según su Fundación, reducirá su consumo de energía en más del 99%, lo que lo hace alrededor de un 7,000% más eficiente en energía que Bitcoin.

La prueba de participación no es la única alternativa ecológica. La prueba de actividad es otra. El algoritmo PoA utilizado por la blockchain Enecuum involucra a un colectivo de “editores” que verifican los microbloques para llegar a un consenso. Es importante destacar que PoA es mucho menos intensivo cuando se trata de la utilización de recursos de almacenamiento y comunicaciones: a diferencia de PoW, los dispositivos móviles cotidianos son perfectamente capaces de ejecutar un nodo PoA. Los requisitos mínimos son Android 5.0, CPU de 1GHz y RAM de 1Gb.

La blockchain Enecuum y su consenso hibrido

El protocolo blockchain de Enecuum para aplicaciones Web3 descentralizadas se basa en realidad en una combinación de prueba de actividad, prueba de trabajo y prueba de participación, y la primera asume la mayor parte de la responsabilidad de confirmar las transacciones. Actualmente, hay 1.788 nodos PoA en comparación con 3 PoW y 23 PoS, repartidos en 22.803 cuentas. Al igual que con Bitcoin, los nodos se encuentran dispersos por todas partes: Europa, América del Norte, Australia, África, América del Sur. Excepcionalmente, las transacciones se pueden confirmar desde prácticamente cualquier dispositivo conectado a la red, lo que hace que la cadena de bloques sea altamente ecológica y resistente a los ataques.

Enecuum aprovecha el poder computacional ampliamente infrautilizado de los teléfonos inteligentes en todo el mundo para facilitar el proceso de validación y descentralizar el almacenamiento. Cuantos más dispositivos se conecten, mayor será la velocidad de la red.

Con su consenso híbrido, los teléfonos inteligentes impulsan la red mediante la ejecución de la minería de prueba de participación como parte de un paradigma de PoA. La implicación de prueba de trabajo, por su parte, es mínima y se refiere principalmente a la generación de bloques para obtener recompensas por gasto computacional. Si bien el 65% de la emisión de ENQ está destinada a la minería de PoA, el 25% está delimitado para PoS y solo el 10% va a PoW.

Un artículo de investigación publicado el año pasado señaló que un enfoque de PoW podría ser “potencialmente dañino para los dispositivos autónomos debido a las limitaciones naturales de la batería”, pero el uso de “nodos con recursos limitados” en PoA tendría un impacto similar al de una aplicación de mensajería común.

Los investigadores, de la Universidad Tampere de Finlandia, la Universidad Nacional de Investigación de Moscú y la Universidad ITMO de San Petersburgo, evaluaron el consumo de energía de las aplicaciones basadas en PoA utilizando varias métricas, incluido el voltaje de salida de la batería y la temperatura de la batería. La conclusión del equipo fue que “la utilización de sistemas PoA en un teléfono inteligente no afecta significativamente la vida útil de la batería del teléfono inteligente, mientras que los métodos existentes basados en PoW tienen un impacto negativo tremendo”.

Al igual que Bitcoin, Enecuum quiere llevar la blockchain y las criptomonedas a la corriente principal. Pero, como demuestra este documento, nuestras credenciales energéticas son tales que podemos mantener a los eco-guerreros al mismo tiempo. Incentivar a millones de usuarios de teléfonos inteligentes para que se conecten a la red y compartir su actividad de procesamiento sin explotar, y obligar a los desarrolladores de dApp a crear aplicaciones rápidas y de bajo costo en la blockchain Enecuum, crea una red energéticamente eficiente que tiene un alcance global. Es probable que los debates sobre el consumo de energía de las criptomonedas se prolonguen durante muchos años, y sin duda Musk se acercará periódicamente para ofrecer su opinión. Mientras tanto, Enecuum está ocupado difundiendo información sobre el algoritmo Trinity, un cambio de juego que promete reparar la reputación medioambiental de las criptomonedas de una vez por todas.